Los niños disfrutaron muchisimo haciendo de exploradores y los adultos nos reimos mucho con el guia "percheador de la barca" que nos llevo por las diferentes galerias de esta fabulosa y bien conservada gruta.
Al acabar la visita, comimos en las mesas que hay en la zona y después hicimos una excursión hacia la Ermita que hay a cerca de dos kilómetros de la cueva.