Rutita familiar por el término de Alborache con la familia de Fran y Elena.
Descendemos hasta un camino que
transcurre paralelo al río y bordeando la Hoya. La primera parte de este
recorrido, que dura unos 15 minutos hasta llegar al Charco Azul, es realmente
interesante por la vegetación que acompaña a ambos lados. Encontramos olivos,
granadas, endrinas, rabo de gato, algarrobas, bellotas,
pinos, etc., perfecto para enseñar a los nanos a identificar este tipo de
frutas y que aprendan con la naturaleza.
Después de este paseo entre olivos,
el camino se acaba y tomamos un sendero en descenso hacia la derecha.
Encontraremos unos escalones de madera que nos dejan directamente en una zona
de cañares y vegetación riberenca, que nos conduce al Charco Azul. Como
era de esperar, estaba bastante seco y la cascada que otrora adornaba el paisaje,
esta vez no existía.
Una pequeña pasarela de madera nos permite cruzar el barranco. Subimos por el sendero, dejando una caseta de agua a nuestra derecha, y desembocamos a un campo de naranjos. Aquí hay qur coger una senda que queda a nuestra izquierda, y que hace un giro de casi 180º respecto al camino por el que acabamos de subir. Allí hay un pino solitario que parece contemplar el paisaje que ofrece la Hoya de Buñol.
Caminamos bordeando el barranco a cierta altura, y entre campos de cultivo. Si seguimos este camino, llegamos al centro de educación ambiental Actio. Como vereis, es un sitio muy bien cuidado y pensado para los más jóvenes. Atravesamos el centro, y seguimos el camino, que nos conduce a un poste indicador y a la carretera Buñol-Alborache. Hemos de girar a la izquierda, y seguir la carretera durante unos 50 m. Después cruzaremos la carretera y subiremos por un tramo recién asfaltado, que nos dará un paseo por una urbanización que está en proceso de construcción actualmente.
Cuando se acaba la urbanización, giraremos a la derecha, por un tramo todavía asfaltado y en ligera pendiente. El tramo asfaltado se acaba y le sigue un tramo de pista. Desde aquí, a nuestra derecha, contemplamos al fondo una panorámica de Buñol. Veremos como la fábrica de cemento Cemex ensucia el paisaje, y daña a la vista. Seguiremos este tramo hasta llegar a un llano, donde hemos de cruzar el barranco cruzando una serie de piedras, y enfilaremos una breve subida de fuerte pendiente. Desde aquí ya se puede vislumbrar a la izquierda la Cueva de las Palomas.
La pendiente nos deja en un corral abandonado, que bordearemos por su izquierda hasta llegar a la Cueva de las Palomas. Hay unos escalones marcados en la piedra que nos conducirán a su interior. Aquí se puede aprovechar para tomar algo y afrontar el viaje de vuelta. En total, 1h 15m desde el inicio de la ruta a paso lento.
El camino de vuelta se puede hacer deshaciendo el
camino de ida, o por el albergue del IVAJ. En este último caso, cuando se
regrese hasta la carretera hay que girar a la derecha (justo donde comienza la
urbanización), y no a la izquierda (que es el camino que seguiríamos si
decidimos volver por donde hemos venido).
Una pequeña pasarela de madera nos permite cruzar el barranco. Subimos por el sendero, dejando una caseta de agua a nuestra derecha, y desembocamos a un campo de naranjos. Aquí hay qur coger una senda que queda a nuestra izquierda, y que hace un giro de casi 180º respecto al camino por el que acabamos de subir. Allí hay un pino solitario que parece contemplar el paisaje que ofrece la Hoya de Buñol.
Caminamos bordeando el barranco a cierta altura, y entre campos de cultivo. Si seguimos este camino, llegamos al centro de educación ambiental Actio. Como vereis, es un sitio muy bien cuidado y pensado para los más jóvenes. Atravesamos el centro, y seguimos el camino, que nos conduce a un poste indicador y a la carretera Buñol-Alborache. Hemos de girar a la izquierda, y seguir la carretera durante unos 50 m. Después cruzaremos la carretera y subiremos por un tramo recién asfaltado, que nos dará un paseo por una urbanización que está en proceso de construcción actualmente.
Cuando se acaba la urbanización, giraremos a la derecha, por un tramo todavía asfaltado y en ligera pendiente. El tramo asfaltado se acaba y le sigue un tramo de pista. Desde aquí, a nuestra derecha, contemplamos al fondo una panorámica de Buñol. Veremos como la fábrica de cemento Cemex ensucia el paisaje, y daña a la vista. Seguiremos este tramo hasta llegar a un llano, donde hemos de cruzar el barranco cruzando una serie de piedras, y enfilaremos una breve subida de fuerte pendiente. Desde aquí ya se puede vislumbrar a la izquierda la Cueva de las Palomas.
La pendiente nos deja en un corral abandonado, que bordearemos por su izquierda hasta llegar a la Cueva de las Palomas. Hay unos escalones marcados en la piedra que nos conducirán a su interior. Aquí se puede aprovechar para tomar algo y afrontar el viaje de vuelta. En total, 1h 15m desde el inicio de la ruta a paso lento.
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